Hoy, es una buena ocasión para repasar cómo va transcurriendo el proyecto cultural – memorialista del Autobús de la Memoria / Oroimenaren Autobusa.
Llevamos casi un mes instalados en este magnífico hormiguero llamado Katakrak.
Un mes cargado de conferencias, visitas guiadas y actuaciones.
Hemos recorrido pueblos y ciudades, desde la primavera del año pasado y la acogida ha sido en todos los lugares fenomenal, la asistencia de personas extraordinaria, estamos muy satisfechos.
Este es, un buen momento para transmitir nuestra gratitud a todas las personas que nos habéis ayudado a dar forma y contenido a este proyecto y a esta exposición, gracias a quienes me habéis aportado ideas y experiencias, sentimientos de dolor y optimismo, gracias por haberme transmitido vuestras ansias de verdad, justicia y reparación, gracias a familiares de asesinados y desaparecidos, sin vuestras vivencias no habría tenido nada que exponer.
(en el catálogo – guía de la exposición – que recomiendo adquirir, se hace referencia a 37 personas que han sido imprescindibles para dar contenido a este libro, también figuran en el programa, que tenéis sobre la mesa),
Desde que expusimos por primera vez en Antsoain hasta hoy, he recibido cantidad de opiniones, sugerencias, y muchos agradecimientos, me habéis descubierto muchos aspectos de mis pinturas en los que no había reparado, detalles que parecían insignificantes que se han transformado en claves para entender mejor los hechos que se exponen.
Ahora, esta exposición está más completa, porque está impregnada de vuestros sentimientos, le habéis dado vida, ya no es solo mía, pertenece a las víctimas y su destino no puede ser otro que, el Parque de la Memoria de Sartaguda, el pueblo de las viudas, ese lugar sagrado donde de algún modo reposan todas las víctimas, el lugar donde todo Navarra nos reencontramos con ellas.
Creo que el proyecto “nafarroa 1936 navarra” del Autobús de la Memoria, está suponiendo una aportación significativa a la memoria democrática y republicana, así como para la divulgación de nuestra historia más terrible y más impune, para los asesinos de más de 3400 mujeres y hombres de nuestro pueblo.
Las personas que sentimos a una, dentro de esta coordinadora de asociaciones memorialistas que llamamos Autobús de la Memoria, estamos convencidas de que a través de la cultura, del intercambio de ideas, pensamientos, experiencias, junto al empeño por unir voluntades, avanzaremos y conseguiremos nuestros objetivos de justicia, reparación, castigo a los culpables y la eliminación de todos los símbolos golpistas que nos insultan y agreden en nuestra vida cotidiana,
pero sobre todo, a conseguir una sociedad más justa y equitativa, una sociedad como la que aspiraban tantas personas asesinadas y desaparecidas a partir de aquel fatídico año de 1936.
COMENTARIOS SOBRE LA EXPOSICIÓN
En la crónica de la primera exposición (abril de 2013) anotaba que la exposición no había dejado indiferente a nadie, gusta, provoca rabia, tristeza, espanto, etc., muchas personas reconocieron que, hasta no ver la exposición no tenían ni idea de lo sucedido tras la sublevación de 1936.
Creo que he acertado con el tratamiento dado a la obra, (por los comentarios que me llegan) también con la técnica empleada, el estilo y cosas así, no es que tengan demasiada importancia, yo no tengo estilo propio, he pintado tantos cuadros y en tanto tiempo que, entre uno y otro, ya no recordaba como había hecho el anterior, tampoco sabía cómo empezar el siguiente.
Preparando estos apuntes me encontré con un boceto hecho en 2009.
En cuanto al estilo utilizado, la mayoría tienen mucho que ver con el expresionismo alemán de entre guerras, que es el que me propuse utilizar en un principio, pero luego te dejas llevar y… unos tienen mucho de cartel, otros de cómic, de pintura futurista, incluso cubismo, yo que sé, por ahí sale de todo, pero lo que he pretendido es llegar al espectador, transmitir fielmente una idea, un mensaje.
Lo importante en realidad, es el contenido, ser fiel al hecho reflejado, también a los paisajes, vestimenta, detalles simbólicos, cosas así, la pintura es un vehículo, una forma de decir como otra cualquiera.
Pero aún hay algo más importante, detrás de cada obra, de cada cuadro, de cada idea, hay conversaciones con familiares de víctimas, con personas que fueron testigos de aquellas atrocidades, con historiadores, con personas que saben mucho de historia… búsquedas en archivos fotográficos.
Mi trabajo se parece un poco al del reportero gráfico, pero sin cámara, vas de aquí para allá con la libreta y el lápiz, tomando apuntes de todo lo que me cuentan y ves, donde no llegó la cámara fotográfica, ahí estaba yo tomando apuntes.
Se dice, que con la aparición de la fotografía la pintura perdió su razón de ser, no lo creo, la pintura tiene algo mágico que no tiene ni el Photoshop, puedes imaginarte lo que quieras y pintarlo, deformar las cosas, las caras, cambiar las proporciones…
decía Pablo Picasso que la pintura es una gran mentira para decir una realidad.
De todos modos, lo más destacable es que trabajé un montón, supongo que lo que yo he hecho, está al alcance de cualquiera que se lo proponga, pero hay que ser muy constante, muy pesado, si no te sale lo que quieres, lo haces de nuevo, lo repites otra vez, así sucesivamente hasta que te salga lo que deseas.
Ahora bien, lo principal es saber por qué y para qué pintas, un trabajo tan pesado no lo llevas a cabo si no tienes un fuerte motivo, una razón para hacerlo.
Hay quien pinta por pasta claro, pero esta pintura no se vende en el Corte Inglés.
En mi caso, se trata de contribuir a que se conozca la verdad y de ese modo es posible que muchas más personas comprendan la necesidad de exigir justicia y reparación porque es la única forma de crear una sociedad auténticamente democrática y respetuosa con los derechos humanos.
Decía José Carlos Mariátegui (Lima 1925) en su obra “El arte y la época”,
que la obra del artista es fruto de una tradición y de una realidad.
Tiempo, historia, memoria y sentimientos, conforman la realidad que yo he querido mostrar en esta exposición.
Insiste Mariátegui, en que el artista y su obra nace al calor de la coyuntura histórica, todo artista es hijo de su tiempo; es el intérprete de inquietudes y expectativas que la vida le impone y que el artista que NO sienta las agitaciones, las inquietudes, las ansias de su pueblo y de su época es un artista de sensibilidad mediocre, yo no quiero ser mediocre en mi sensibilidad hacia las víctimas.
Continúa Mariátegui diciendo que el artista auténtico nunca fue apolítico, no fue nunca vegetativo y conformista, por ello, el arte es esencial y eternamente heterodoxo, a mi me encanta ser heterodoxo.
Termino con otra reflexión de Mariátegui, decía a cerca de Diego Rivera, el gran muralista mejicano, no encontró su estilo, su expresión mientras no encontró asunto en su obra, como diría mi amigo Iñaki Arzoz, hasta que no encontró una causa.
Su obra solo comienza a ser personal cuando la revolución le inspira plenamente.
Este gran artista y revolucionario, conoció todas las escuelas artísticas, estudió todas las corrientes de su época, ninguna encendió sus potencialidades creadoras.
El grito de Emiliano Zapata, llegó hasta el fondo de su espíritu latente.
Cuando tiene un motivo importante ponerse en marcha, cuando tiene algo importante que proclamar, surge su obra más importante.
El artista al servicio de la sociedad.
Jose Ramon Urtasun ..........
MARTES 28 DE ENERO DE 2014 /KATAKRAK
