DON FELIX BLANCO ALCALDE PRESIDENTE DEL AYUNTAMIENTO DE PERALTA
HACE SABER:
“Que con motivo del régimen que felizmente se ha operado en España, han exteriorizado los partidarios de la naciente República su satisfacción y su alegría de manera pública regocijante, siendo posible que, en algún caso aislado e inevitable se hayan traspasado los límites de la prudencia, lo que ha podido causar molestias a cierto sector de opinión no simpatizante con el nuevo régimen instaurado verificadas las elecciones generales y convocadas que han sido en las Cortes…
Es hora ya de que se vaya poniendo freno a los entusiasmos y a las exaltaciones, aunque solo sea, para quitar todo pretexto de querella y disputa de los ciudadanos que todavía miran con recelo y hostilidad a la República sin querer comprender, que el nuevo poder ha sido consolidado y los será cada día más por la voluntad de la nación…
Debe tenerse en cuenta que el grito de “Viva la República” ha dejado de ser subversivo desde la proclamación de la misma, siendo por el contrario subversivos y prohibidos todos los demás gritos que signifiquen una tendencia o forma de gobierno, cualquiera que ella sea, contraría al nuevo régimen.
No obstante, yo ruego a todos que no se den en la calle y en los establecimientos públicos, ni aun aquellos gritos que son lícitos con el fin de que se pueda llegar, cuanto antes a la pacificación de los espíritus un tanto agitados por los sucesos políticos acaecidos pero también por gentes derrotistas, inconscientes o malvadas que parecen estar empeñados en lanzar noticias tendenciosas y absolutamente fantásticas que solamente han tenido realización en su exaltada imaginación pero que dan por resultado ese estado de alarma y de inquietud que tiene amedrentados a las personas apocadas y sencilla.
Es preciso que renazca la tranquilidad y reine en Peralta el orden más completo como exige el supremo interés de la República que no es ni mucho menos, un régimen de desorden ni desconcierto. De la sensatez de los habitantes de Peralta espero que sean atendidas éstas indicaciones, pero si así no fuere, quiero que sepan que estoy dispuesto a castigar severamente las infracciones.
Peralta 6 de julio de 1931
